La era de la cosmopausia

Yerra el que acierta: No somos tierra, Ni ganado; (Sí, las metáforas son peligrosas Tomás), Ni gusanos, Ni sanguijuelas parlantes o  traidores predestinados; Cizaña advenediza, menos. Aunque parezcamos un tizón arrebatado del fuego; o  ruiseñores alimentados con fábulas, Seremos irrepetibles. Seremos. Indecibles. Como el luego. . . . Un café cortado en La Ochava (Viedma)